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¡Banderas rojas en la boca!

Más información sobre las señales de alarma en la boca y cómo prevenirlas. ¿Mal aliento o placa? ¡Ningún problema para Licor del Polo!

¿Placa, sarro o caries? Son auténticas señales de alarma en la boca que nadie desea. Aquí te explicamos cómo surgen estos problemas y qué puedes hacer al respecto.

La placa: el enemigo invisible

La placa es una película blanda y pegajosa de bacterias que se forma constantemente en los dientes, sobre todo después de comer y beber. A estas bacterias les encanta el azúcar y lo convierten en ácidos que pueden atacar el esmalte dental. Si no eliminas la placa regularmente con un cepillo de dientes y seda dental, puede endurecerse y convertirse en sarro. Dato curioso: en realidad, la placa es invisible, pero si utilizas una pastilla colorante especial, ¡puedes hacerla visible!

Sarro: sarro endurecido

El sarro se forma cuando la placa no se elimina completamente y se endurece con los minerales de la saliva. Esta capa dura ya no se puede eliminar con el cepillado normal y debe ser eliminada profesionalmente por un dentista. El sarro no sólo tiene un aspecto poco atractivo, sino que también proporciona una superficie rugosa en la que puede acumularse aún más placa. Esto puede provocar inflamación de las encías y otros problemas.

Caries: la temida culpable

La caries dental, también conocida como deterioro dental, se produce cuando los ácidos de la placa descomponen el esmalte dental y provocan agujeros en los dientes. Al principio, puede que sólo notes un ligero dolor o sensibilidad, pero si no se trata, la caries puede provocar grandes cavidades, infecciones e incluso la pérdida de dientes. La mejor protección es una buena higiene bucal y el uso de pasta dentífrica con flúor, que fortalece el esmalte dental.

Problemas de encías: Las inflamaciones silenciosas

Los problemas de encías suelen empezar con la gingivitis, una inflamación de las encías causada por la placa. Los síntomas son enrojecimiento, hinchazón y ligero sangrado al cepillarse los dientes. Si no se trata, la gingivitis puede derivar en periodontitis, una inflamación más grave que puede dañar las encías y los huesos que soportan los dientes. Esto puede provocar la pérdida de dientes. Las visitas regulares al dentista y una higiene bucal minuciosa son la clave de la prevención.

Malaliento: El mal aliento, también conocido como halitosis, puede deberse a varios factores, como bacterias en la lengua, problemas dentales, ciertos alimentos o incluso enfermedades. Las bacterias descomponen los restos de comida en la boca, produciendo compuestos de azufre de olor desagradable. Un cuidado bucal minucioso, que incluya la limpieza de la lengua, ayuda a reducir estas bacterias y a mantener un aliento fresco. Si el mal aliento persiste, debe consultar a un dentista para determinar la causa exacta.